Si aún no lo sabías, el yoga no se basa únicamente en hacer posturas, sino que también reconoce el poder del prana, le energía o fuerza vital que todos tenemos, y eso tiene que ver con los marmas.
¿Qué son?
Un marma es un punto del cuerpo debajo del cual se cruzan estructuras que pueden ser tanto físicas (huesos, músculos, articulaciones, etc.) como energéticas (chakras, nadis, etc.) o de ambos tipos.
¿Dónde están?
Están distribuidos por todo el cuerpo, configurando un mapa energético junto con el resto de componentes de nuestro cuerpo sutil. Se dice que hay en torno a 107 que son con los que trabajan en las terapias de marma como parte del Ayurveda, la medicina India.
Algunos están en zonas más externas como el rostro, las manos o los pies, y otros en zonas más internas conectando con los órganos internos.
Y…¿Cómo funcionan?
Son como interruptores de energía, la conexión entre el cuerpo físico y el sutil. Estimulándonos podemos conseguir aumentar el flujo de prana en el cuerpo o por el contrario bloquearlo.
Con la práctica de yoga conseguimos estimularlos, al hacer asanas (posturas) los tejidos se estiran y en consecuencia, estimulamos los puntos marma de las zonas implicadas en los secuencias y movimientos. Otra forma de estimularlos es mediante terapias específicas con un terapeuta especializado en ayurveda. Pero, tenemos una buena noticia, tú también puedes estimularlos con un automasaje 🤤 , ¡te contamos cómo!.
Automasaje puntos marma del rostro
Vamos a regalarlos un masaje para estimular los puntos marma del rostro. Antes que nada, encuentra un espacio silencioso donde puedas encontrar una postura cómoda sentada sobre tu esterilla de yoga o en la cama.
- Comienza frotando las manos una contra otra de forma enérgica generando calor, energía en tus manos. Si tienes aceite esencial relajante (por ejemplo lavando, Ylang Ylang) puedes poner una gotitas en tus manos para el masaje.
- Lleva los índices de ambas manos hacia la barbilla y los pulgares por debajo, haciendo una pinza y ejerce una presión suave con los índices. Comienza a deslizar la pinza de tus dedos por los extremos del rostro, siguiendo el hueso de la mandíbula. Cuando llegues a los laterales de la mandíbula, haz movimientos circulares con los índices.
- Lleva los índices a ambos lados de las aletas nasales, presionando con suavidad hacia el rostro. Mantén unos segundos.
- Lleva los índices al entrecejo y mantén unos segundos. Comienza a deslizarlos por encima de las cejas hacia las sienes. Cuando llegues ahí, haz movimientos circulares con los índices en ambos sentidos.
- Termina colocando índice y dedo medio en el punto más alto de tu cabeza, la coronilla, y masajea con movimiento circular. Mantén el brazo y los hombros relajados, dejando que tu cabeza se mueva suave con el masaje.
Ya tienes una herramienta más para tu cuidado. Cuando sientas que te falta energía, estás agotada o simplemente necesitas unos minutos para ti, busca tu espacio y regálate un masaje de marmas.
Namasté.
Mireia.
Excelente