Santosha, la felicidad desde el yoga

¿Qué es para ti la felicidad?

Todos estamos buscando la felicidad permanente, y todo lo que hacemos no es más que seguir los pasos que conscientemente creemos que nos van a acercar a esa meta, la felicidad. Definir felicidad puede ser algo complejo y depende de cada uno, pero básicamente es un estado en el que estamos satisfechos, contentos y sin sufrimiento. Lograr un estado así es difícil, y hay una idea muy extendida que dice que la felicidad total no existe, que lo que podemos tener son momentos, instantes de felicidad a lo largo de nuestra vida.

Santosha, la clave de la felicidad

Para la tradición hindú, y el yoga, el estado de felicidad permanente sí existe solo que tiene otro nombre y lo encontramos en lugares diferentes a los que estamos buscando.

Según este enfoque, no puede haber felicidad sin Santosha, uno de los niyamas en los 8 pasos del yoga de Patanjali, es decir, uno de los pasos a seguir en nuestro camino de yoga. Este concepto se compone de dos palabras «San», que significa completo, y «Tosha» que significa aceptación, por lo que Santosha se puede traducir como completa aceptación o contentamiento.

Contentamiento significa ser como somos, sin ir hacia cosas exteriores para la felicidad. Si algo llega lo aceptamos, y si no llega no importa.

Swami Satichidananda
¿Qué tal si buscas dentro de ti?

En la sociedad occidental la felicidad se proyecta fuera, depende de cosas externas, en cambio para la tradición hindú la verdadera felicidad es independiente de condiciones externas, no depende de tener un coche, un trabajo ideal, una pareja, un cuerpo perfecto, de vivir eternamente de vacaciones o de tener mucho dinero. Todo eso es pasajero, es efímero, se acaba. La verdadera felicidad, entendida desde la filosofía del yoga, es desear menos y aceptar más.

Yoga significa esencialmente que, en busca de bienestar, no miras hacia arriba, no miras hacia fuera; miras hacia dentro.

Sadhguru

Y ahora que conoces Santosha y su significado, es momento de aplicarlo. Quizás es buena idea comenzar por tu esterilla, aceptar la forma en la que llegas cada día a tu práctica de yoga y meditación, aceptar si tienes alguna tensión, si estás ansiosa o estresada, o si la práctica no sale cómo habías esperado, entendiendo que no hay práctica buena o mala. Seguro que si te entrenas dentro de la esterilla, y te tomas las clases como algo más allá de hacer posturas, después será mucho más fácil aplicarlo fuera de ella y que el yoga se expanda a tu vida.

Namasté.

Mireia.

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